El cuerpo humano genera electricidad. Esta premisa tan simple, que ya sirvió como argumento para la trilogía “Matrix”, nos sirve también a nosotros para alzar la voz y pedir ayuda para combatir el cambio climático. Un comité de expertos liderados por El Maicrogüeif se ha propuesto dar utilidad a todos los personajes de medio pelo que pululan por las tranquilas tierras de nuestra querida Europa (sí amigos, en El Maicrogüeif, al contrario que en el resto de Asturias, nos sentimos europeos). Bajo el lema “De lila a pila”, la campaña pretende convertir a los indeseables del panorama sociocultural mundial (hay que ser ambiciosos) en baterías humana que alimenten, por ejemplo, el alumbrado público de El Entrego, el funicular de Bulnes o la silla de ruedas de Stephen Hawking.
Melendi, tras su brillante actuación en la clase preferente de un avión que iba a Méjico, ha ganado puntos para ser convertido en una pequeña alcalina peluda y borracha. Su nivel de alcohol en sangre es peligroso para su propia salud en el desarrollo normal de su función como pila, pero beneficioso para la propia generación energética ya que, en caso de combustión, el poder calorífico de la deflagración que se produciría sería capaz de alimentar durante todo una año la línea de alta velocidad entre Madrid y Barcelona e, incluso, las bombillas navideñas del cortinglés.
El sin par compositor ovetense inaugura, por tanto, esta novedosa sección para la que hay más candidatos que pelos en la espalda de Arantxa Sánchez Vicario (quien sabe si la tenista andorrana será algún día otra candidata)
El Pley
miércoles, 14 de noviembre de 2007
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