*Todo gran truco de magia consta de tres actos. El primer acto es la presentación, donde el mago muestra algo ordinario... que por supuesto no lo es. Por poner un ejempo aleatorio: la construcción de un superpuerto en Gijón con un presupuesto de más de 80.000 millones de pesetas, es decir, cerca de 500 millones de los antiguos ecus.
El segundo acto es la actuación, en la que el mago hace que lo ordinario se transforme en extraordinario. Es decir, y siguiendo con el ejemplo anteriormente citado, que por arte de magia el presupuesto crece un 40%. O lo que e sigual: que existe un sobrecoste de más de 35.000 millones de pesetas (Unos 210 millones de los extintos ecus); o, lo que es lo mismo, que desaparecen esos millones de pesetas (¿se hacen una idea de lo que es un millón de pesetas? Pues multiplíquenlo lo 35.000).
El tercero es el prestigio, en el que el mago hace lo que nunca antes has visto. En este caso el prestigo (que está por llegar) supone la completa desaparición de los 210 millones de ecus con la indiferencia del público que, además, se creerá -con la ayuda de los medios de desinformación- toda suerte de excusas, cada una más inaudita que la anterior.
Lo malo es que el éxito de cualquier truco de magia puede provocar que se multipliquen los prestidigitadores, animados por la favorable respuesta del público. En referencia al ejemplo antes citado se puede decir que, como no pasa nada porque desaparezcan 35.000 millones de pesetas (cifra que se dice rápido pero se asimila lentamente), es posible que se reproduzcan sobrecostes de este tipo en cualquier obra pública o privada.
El Pley
* Documentación obtenida del guión de la pelíclua “El truco final (El Prestigio)”, en la que también se puede ver la falta de escrúpulos de determinados magos.
martes, 20 de noviembre de 2007
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