Que lo cuenten ellos

Unos posts más abajo me preguntaba por qué los españoles teníamos que contentarnos con la información que producen los medios anglosajones sobre Irak en lugar de ir a Irak nosotros mismos. Viendo el reportaje de Jon Sistiaga en Cuatro he llegado a la conclusión de que tal vez sea mejor así. Que nos lo cuenten ellos.

Para el que no haya visto el reportaje, se lo resumo: Jon Sistiaga pasa unos días en Bagdad con un pelotón del ejército americano. Les graba en el cuartel, en los funerales por los camaradas muertos, en las acciones de search and destroy, etc. A veces hace un presencial y cuenta las sensaciones que le produce saber que dentro de unos minutos va a haber tiros: "da un poco de miedo".

El reportaje se centra en los miembros del pelotón, unos chavales bastante ignorantes en general pero que saben perfectamente que se está mejor vivo que muerto. No se analiza la nueva estrategia norteamericana en Irak, apenas se dan cifras de bajas. No se entrevista a ningún iraquí. Lo que cuenta es el punto de vista del soldado.

El título del reportaje es una invención de Sistiaga. Lo que se dice, o lo que nos traducen, es "no sé a qué cojones estamos disparando". Puede ser una diferencia aparentemente menor, pero no es tan pequeña a poco que se conozcan las relaciones de jerarquía de cualquier ejército. En todo caso, la frase se pronuncia durante un tiroteo bastante confuso donde los soldados aparecen confortablemente apostados en una azotea mientras pegan tiros. Nada más.

Como digo, el análisis de la situación brilla por su ausencia. Sistiaga viajó a Bagdad para constatar que aquello es un "infierno", que la guerra es peor que la paz y que los soldados americanos que están en el frente no tienen mucho cerebro. Bravo.

Viéndolo se pregunta uno para qué se habrá gastado El País lo que se haya gastado en el excelente reportaje del otro Jon, Lee Anderson. Lo que nos gusta en España, por lo visto, no es que nos analicen la guerra o el mundo sino que nos recuerden que la guerra es mala, muy mala, y que naturalmente teníamos razón cuando pedíamos paz. Paz y nada más. Dejar la baba y las frases hechas y ponerse a preguntar de verdad puede ser peligroso. Sospechoso. Demasiado parecido al periodismo.

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