Caer en el desánimo no es complicado. Es más fácil de lo que nadie podría creer en los albores de la juventud. Porque son muchos los caminos que llevan al abatimiento pero, de todos ellos, la decepción es el más rápido; y la frecuencia con la que la decepción nos asola es directamente proporcional a las experiencias acumuladas en la vida. La madurez y la plena conciencia de lo que nos rodea nos abre las puertas de par en par a un mundo nuevo plagado de decepciones. Luego, es fácil caer en el desánimo y difícil salir de él.
Afortunadamente no es imposible. El azar de la vida nos desbroza senderos recónditos, nos abre caminos perdidos y, en ocasiones, nos devuelve a sendas extraviadas. Los nuevos derroteros nos pueden hundir más, pero también nos pueden abrir los ojos. Al menos nos dan más opciones. De tal manera podemos recuperar parte o toda la ilusión perdida gracias a las distintas alternativas que se nos plantean. Éstas se nos presentan de las más variadas maneras: empezar o recuperar un amor, una amistad, un trabajo, una afición; descubrir un nuevo o redescubrir un viejo disco, libro o blog que leer. Las posibilidades son infinitas. También podemos ver la luz en el reflejo de los éxitos de los demás.
Hoy estoy desanimado, pero mañana podría ser Dios; le han dado una medalla de oro al Mérito en el Trabajo a Villa. Además he encontrado un nuevo blog que leer: http://joseangelfernandezvilla.blogspot.com/
El Pley
sábado, 8 de diciembre de 2007
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2 comentarios:
A lo mejor le dieron la medalla a Villa por lo currado que está su blog.
O mejor aún, por el curro que le da borrar los comentarios que hacen en su blog, aunque se le han escapado dos. ¡Hay que trabayar más Josiángel!
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